lunes, 5 de octubre de 2009




La lluvia caía con intensidad, los truenos y relámpagos despertaron a Catalina quien se abalanzó agresivamente sobre Don Juan, insatisfecha y queriendo cobrar venganza por no haber alcanzado el clímax, tomó a su víctima por el cuello como perra hambrienta y empezó a morderlo hasta hacerlo sangrar. Don Juan confundido y en medio del dolor, lanzó gritos desgarradores que hasta Júpiter escuchó, pero ni siquiera él pudo ayudarlo. Catalina rasgó la ropa de Don Juan, miró detalladamente cada parte de su cuerpo, se inclinó en su miembro, lo acarició, lo besó y al final soltó una fuerte carcajada que se escuchó en todo el edificio.


Después de unos segundos, la mujer comenzó a hacerle brutalmente el amor a Don Juan, el viejo sentía morirse, no soportaba más la carga, su miembro se iba a estallar, ya no sabía cuánto más podía seguir erecto, Catalina estaba sobrepasando los límites y su vida corría peligro. La lluvia fue pasando, el viento ya no estremecía los árboles, los truenos dejaron de retumbar, Catalina tomó el último impulso, cogió el miembro casi acabado de su compañero, clavó sus dientes en él y arrancó un trozo de carne, salió por la ventana saboreando su premio, al fin, alcanzó su victoria…


Don Juan se quedó retorciéndose de dolor, tapando con las sábanas el vacío que dejó su agresora, un cuervo se para en la ventana para digerir los restos de carne que quedaron después de tan atroz hecho…

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